Erase una vez, en un pueblecito pequeño, en la zona del Baixo Miño, habitaba un carpintero, llamado Rafaelo, ingenioso y muy manitas, que decidió un buen día crear una marioneta de madera, articulada que pudiera sentarse. Tamaño standar.
Foto Suso González.
De nuevo, érase otra vez cuando Rafaelo, más dorado e iluminado que nunca, le dijo a Xesus, un chompi de andanzas, muy imaginativo, que si le ayudaba a conseguir que Pinoccio, que es asín como le bautizó Rafinha, pudiera sentarse y dar unos pasitos tras otros.
r.
Foto Suso.
Ayudados por una bella hada azul lograron que Pinochi, que pronto se convirtió en uno más de la family dorada, se sentara o bien diera unos cuantos pasitos, con ritmo de bachata.
Foto Suso.
Tan bien ha caído Pinochu que la familia Dorado ha decidido que pase esta Navidad rosaleira con todos los componentes de la familia, incluso las trillizas, que son campeonas en Remo. .
Seguiremos con este cuento tan contable...