No pudo ser, España se quedó sin la medalla de oro y tuvo que contentarse con la plata, aunque, realmente, esta derrota ante Suecia no puede ni debe ensombrecer la gesta que ha hecho nuestra selección en un Europeo atípico, rodeado y sitiado por el tema de la pandemia.
Después de recuperar un balón vital, tras remontar dos tantos en contra, se tuvo la bola en posesión, pero, enseguida los colegiados levantaron el brazo para el juego pasivo. Los suecos no desaprovecharon esa oportunidad y forzaron un siete metros, ya con el tiempo agotado. No hubo fallo y la final fue para el conjunto nórdico, que ganó por: 26-27.
Los inicios del duelo no se presentaron de cara para España, casi siempre fue a remolque, pero en un arreón final se fueron al descanso, con un 13-12 a favor de nuestros colores. Hubo igualdad en los restantes 30 minutos, pero Suecia cogió una ventaja de dos tantos, que España acertó a controlar a falta de segundos, pero los colegiados, lo dicho antes, levantaron el brazo.
España se va de Budapest con una derrota, que no desmerece para nada la gran actuación de una selecció, en estado de renovación. Ya les habría gustado a dos grandes equipos como Francia y Dinamarca vestirse, en esta ocasión, de plata.
Bravo por Jordi Ribera y sus muchachos. Han conseguido, al menos, que España entera, la que entiende y la que no, estuviera pendiente de un deporte que no se llama furbol.
Foto RFEBM.