Sin su gorrilla, pero sí con su presencia. De blanco, se emociónó cuando el director de la Agrupación Musical rosaleira le requirió para hacerle un breve homenaje. Los aplausos subieron de decibelios y la puritita realidade es que la emoción se le subió hasta las mejillas.
Suso González es un asiduo de segunda o tercera fila, que siempre está para arrimar el hombro cuando la música echa a andar. Al pie de las corcheas y bemoles está este paisano, con un corazón que casi no le entra en la Iglesia de Santa Mariña, donde "su" Quinteto también atenazó el cuore del personal familiar asistente.
Fue una noche mágica en la que un quinteto de muchachas y muchachos abrieron fuego clamoroso entre bravos, que también se oyeron cuando intervino la Mini banda de la Agrupación, que, realmente, debería ya denominarse Gran Mini Banda. Todo en la Iglesia de Santa Mariña, con más gente que en misa de ocho.
Ofrecemos imágenes de este primer acto, rubricado con ese aplauso a Suso, siempre entre bambalinas, pero presto a ayudar a lo que sea. Ah y sin su máquina de fotos.
Enhorabuena a este personaje secundario, de gran película, pero que es necesario su existencia y asistencia para que suene la música. Y, por supuesto, chapeau para los muchachas y muchachos, que como briones de maestros nos endulzaron el principio de una noche rosaleira metida en cultura musical.
Foto Somosasín. Del Quinteto Suso González.
Foto Somosasín. Del Quinteto Suso González.
Foto Somosasín. Del Quinteto Suso González.
Foto Somossín. Del Quinteto Suso González.
Foto Somosasín. Del Quinteto Suso González.
Foto Somosasín. Suso, emocionado.
Foto Somosasín.