Dieron la nota de matrícula Davir Bruixola e Iván Montoya, que estuvieron insuperables. Uno en la portería y otro en el pivote. Pero por encima de todos, hay que resaltar el ambientazo en el Ovni, que sigue siendo rojiblanco. Sombrerazo para el público que llenó el pabellón los dos días de juego. La afición celebró la vuelta a casa de Asobal de su equipo, tras un paso efímero de una sola temporada por la División de Plata.
Gran ambiente y a los diez minutos de juego ya mandaba Fertiberia Puerto Sagunto en el marcador. Torrelavega plantaba cara, aunque el Ovni rojiblanco pesa bastante. Entonces, surgió un Bruixola en estado puro, con paradones de gran nivel. Los cántabros se desiflaban en ataque y, en contra, en el pivote David Montoya, ojo que tiene rima, se agingantaba y aporvechaban los diamantes en forma de balón que recibía del brasileño, Cruz
En el descanso, ya olía a acenso, 17-11. Torrelavega apretaba pero aflojaba enseguida ante esas dos pardes que son Bruixola y David Montoya. El primero servía y protegía a su equipo de toda la vida y, el pivote elevaba su caché y cotización en los seis metros.
Pasaban los minutos y la brecha entre ambos contendientes se mantenía abierta. Final feliz para los rojiblancos, con 34-27, que sentenciaba la vuelta de los valencianos a lo alto del balonmano nacional y consolación para un Torrelavega que hizo lo que pudo.
Alegría por todo lo alto para la afición valenciana y tiempo ahora para estructurar un Fertiberia P. Sagunto que se mantenga en "su"· Asobal. Trabajo hay por delante. No se sabe si seguirá el cuerpo técnico, pero, además se comenta que Iván Montoya se podría ir para arriba y Folqué optaría por un cambio de colores.
Foto Pepa Conesa. Alegría rojiblanca.