Estamos en Domingo de Ramos, totalmente, atípico. Nada que ver esa celebración en años anteriores con este día pandémico. Comienza una Semana Santa, rarrra, nó; rarrrrísimai, sí.
Para abrir estos siete días, nos vamos, virtualmente, claro está, de cruceiros. Eh, no tes despístes. Que no hay que coger un crucero, porque también están de cuarentena.
He dicho y repito: De cruceiros.
En primer lugar hay que decir que el cruceiro es una seña de identidad del paisaje gallego.
Es una clara expresión de la devoción popular.
En piedra o granito.
Se suelen levantar en cruces de caminos o cerca de alguna ermita.
También en Iglesias.
Igualmente, en cementerios.
Según Castelao, un cruceiro es un perdón del cielo.
Se erigen para hacerse perdonar algún pecado.
Se calcula que en Galicia hay más de 10000 cruceiros.
Se hacen en memoria de alguien.
Suele ser parada obligada para un responso.
También para deslindar municipios.
"Donde hay un cruceiro hubo un pecado".
En algunos casos carece de figura.
Suelen estar en una plataforma.
Ya casi te puedes doctorar en la asignatura de cruceiros.
Foto Baz Lomba. En cruce de San Juan de Tabagón.
Foto Somosasín. En Santa Tecla.
Foto Baz Lomba. En Playa del Molino.
Foto Somosasín. Galicia.
Foto Baz Lomba. Tabagón.
Foto Somosasín. El Calvario.
Foto Baz Lomba. Escuelas San Juan Tabagón.
Foto Somosasín. Galicia.
Foto Baz Lomba. Escuela de Tabagón.
Foto Somosasín. En Valladolid.
Foto Baz Lomba. En O'Rosal.
Foto Somosasín. Estás.
Foto Baz Lomba. El Molino.
Foto Somosasín. Galicia.
Foto Baz Lomba. Tabagón.
Foto Baz Lomba. Tabagón.
Foto Somosasín. Estás.
Foto Baz Lomba. O'Rosal.
Foto Somosasín. A Guarda.