Se veía venir. Sucedió lo que en buena lógica tenía que suceder. Tras más de dos semanas de parón, Rincón Máaga ponía buena cara y recibía a un Bera Bera, que mantiene el depósito de la fuerza a tope y que además en la primera parte utilizó una defensa demasiado agresiva, con el beneplácito de los colegiados.
Y ocurrió lo que se preveía. Rincón salió con frescura y con una buena dirección de Silvia Arderius. Se notaba en el marcador, con un 9-5, a favor del equipo local, pero la magia atacante se borró de repente. A los 20 minutos la lucecita de falta de fuelle se encendió y Bera Bera, con empujones y agarrones, acortó distancias. Al descanso se llegó con un 10-8, que era ya un avance de lo que podía suceder.
Y sucedió. Enseguida, Bera Bera no sólo empató sino que manejó el marcador a su placer. El Rincón estaba agotado, sin muchas reservas en el depósito. Si a ese bajón físico y anímico por ir a remolque en el electrónico se une que la capi, Sole López, veía cartulina roja a falta de 20 minutos para el finish y que Campigli caía lesionada, ya se sabía que los dos puntos se iban de Alhaurín de la Torre. Y se fueron, efectivamente.
Resultado:
Rincón Málaga-Bera Bera: 19-22.
Foto Rincón Málaga/J. Montoro..