Lo que tenía que llegar llegó en una noche ventosa y con mucha agua. Bera Bera, con un primer tiempo espectacular, se llevó los dos puntos en juego y ha dado más interés a la Liga, más igualada que nunca. El equipo de Montse Puche venció con un apretado: 21-22, después de que en el descanso, el marcador señalaba un sorprendente 7-14 para las visitantes.
La salida del Bera Bera fue explosiva, con una defensa agresiva, con un pelín de dureza, y contragolpes mortales. Mecalia Guardés tardó más de nueve minutos para estrenar el marcador. Entonces, Bera Bera pasó a ataques muy largos y con eficacia en el lanzamiento.
Guardés naufragaba en la pista y los colegiados ignoraban la regla del juego pasivo. Bera Bera creció, sin que en las locales surgiera un atisbo de remontada. Prades cambió en defensa y Anthía marcó individualmente a Esther Arrojería, motor del juego donostiarra.
La segunda parte comenzó con el mismo tono, pero, a falta de 20 minutos del final, llegó el intento de remontada. Guardés creció y Bera Bera comenzó a sufrir. Se acortaban distancias y los colegiados seguían sin enterarse del juego pasivo. Las distancias se acortaban. La afición guardesa pensaba en alto que "si se puede". Los árbitros pensaban que no, que no había juego pasivo.
A falta de 1 minuto, 21-22, a punto del milagro, pero los hermanos Escudero Santiuste, a lo suyo, aunque los milagros siempre tienen fecha de caducidad. Finalmente, triunfo justo de Bera Bera, pero los señores de amarillo hicieron un arbitraje impropio de colegiados con garantía Asobal.
Insistimos. triunfo justo de Bera Bera y mal partido, en general, del Guardés. Un día tenía que llegar y el hechizo de A sangriña se quebró.
Foto Somosasín.
Foto Somosasín.
Foto Somosasín.
Foto Somoasín.
Foto Somoasín.
Foto Somoasín.
Foto Somoasín.
Foto Somoasín.
Foto Somosasín.
Foto Somosasín.
Foto Somosasín.
Foto Somoasín.