Es la historia de los clubes más que modestos, que también aspiran a subir peldaños en su trayectoria en el balonmano nacional. Dominicos Zaragoza ha quedado campeón en el Grupo C, de Primera masculina y ahora afronta el sueño por ascender a la División de Plata. Por ilusiones que no quede y por soñar tampoco.
Le ha correspondido jugar en el Grupo II, hasta la localidad gallega de O'Rosal. Ya tienen planificado el viaje. Por avión, imposible. Las cuentas no llegan al club colegial. Hay que ir en bus. 12 horas de viaje, más o menos. Medio día en la carretera.
El conjunto maño, joven, saldrá en la noche del 17 de Mayo. El 18, por la mañanita, a desayunar en O'Rosal. Y, por la tarde, a estrenarse en la competición. No puede haber cansancio, porque hay que jugar al cien por cien.
Lo entrena al cuadro zaragozano Raúl Alvarez, un técnico joven, curtido en Valladolid en las categorías inferiores. Algo de experiencia posee en el intento para subir, porque dirigió hace tres temporadas a Bm Nava, con buen pie, porque el cuadro segoviano, que iba de tapado, consumó el ascenso plateado.
Equipo joven, con muchas novedades esta temporada, en el que sobresale el central, Javier Ariño, que este año ha compartido banquillo en el Bada Huesca.
La idea es intentar escalar a la plata, porque Zaragoza debe tener, de nuevo, un equipo muy arriba. Un proyecto ilusionante, pero que necesita money detras. Empresarios maños, hay que mojarse.
Foto Dominicos Zaragoza.