Foto publicada Peña Os Jomas. El líder, con su afición.
En la décima jornada del grupo A, de la División de Plata, Valinox Novás sigue en plan de líder invicto. Suma y sigue una semana más sin conocer la derrota. En una cancha mítica, Príncipe de Asturias, con una afición volcada en amarillo, el equipo gallego logró una victoria, muy apurada en los instantes finales, pero, a falta de 20 segundos para la foto finish, con bola para empatar y en interioridad rojinegra, Tubos Aranda no pudo empatar.
Conclusión de un "partido muy bonito; muy intenso; ha sido un gran encuentro", según palabras del míster, Samuél Trives, al terminar un duelo al rojo vivo, en los 2 últimos minutos, con remontada amarilla.
Repetimos. Conclusión: 25-26. En el descanso, 11-15.
En la web del Villa Aranda el titular es el siguiente:
"Tubos Aranda se quedó a las puertas de puntuar ante el líder: 25-26."
De subtítulo: "Los gallegos siempre dominaron, a excepción de los dos últimos minutos".
Comenzó el Novás con urgencias para dominar el duelo. Ya en el minuto 12: 5-8, en contra de casa. El tiempo muerto amarillo no sirvió de mucho, aunque Villa Aranda se puso uno arriba: 9-8, pero fue una falsa alarma. Al descanso: 11-15.
Pero como en algún otro partido, los nervios atenazaron el aluvión gallego y, piano a piano, Villa Aranda, en posesión de la bola, dispuso de 20 segundos para retocar el marcador, pero no se aprovechó la superioridad local y el cuadro burgalés vió como se iban los dos puntos para Galicia.
Foto Tubos Villa Aranda. Samuél Trives, sonriente.
Trives siguió reconociendo en la posterior rueda de prensa que Tubos Villa Aranda es un "buen equipo. Muy fuerte y muy completo. El Novás está jugando fenomenal, aunque los dos últimos minutos los hemos gestionado mal. Se ha conseguido puntuar en canchas míticas, donde se entiende y se vive el balonmano y eso es gratificante para nosotros". Con una sonrisa delatora de su estado de ánimo.
En el otro lado, Mariano Ortega, avezado ya en mil luchas, admitía que "durante casi todo el partido hemos jugado con el corazón y no con la cabeza; sobre todo en los instantes decisivos".
Concluía: "Ha sido un palo duro, pero hay que mejorar porque queda un mundo".