A la tercera va la vencida. En Burgos, Acanor Novás Valinox, tras dos derrotas seguidas, en el inicio de la temporada, como si la pista burgalesa fuera un casino, jugó a la ruleta, cuando estaba muy acosado por el tiempo, jugó a la ruleta, en una montaña rusa.
Pasaban los segundos y le salió el 4 de trebol, a falta de un suspiro para echar el telón de 60 minutos, sin freno de mano. Incluso, el Ubu dispuso de bola, la de jugar, para la igualada
En el minuto 10 de juego, el Ubu, de mano de Nacho Alonso, recurrió a un tiempo muerto para cortar una sangría de 4-8, que tenía muy mala carita. El míster local recordó a sus boys que su juego es apretar el acelerador, con ataques cortos y pocas transiciones, juego que en el curso pasado le dió muchas satisfacciones.
Entonces, el encuentro tuvo otro matiz. Apretó San Pablo y Novás se aturulló. Apareció el perfil maluti de los rosaleiro. Y se fueron a los vestuarios, con un complicado: 22-16, a sus espaldas.
Siguió el mismo tono en la continuación, aunque las distancias se acortaron en tres o cuatro goles de diferencia. Cada ataque duraba segundos en uno y otro lado. Y llegó lo que se llaman los minutos de la basura. Pero, ni un desperdicio para los visitantes. En el minuto 58 y medio, la bola, la de la ruleta, daba vueltas, y se paró en empate a 35 goles. Alegría en las gradas, por parte de los aficionados rosaleiros.
Pero la igualada no bastaba y en una remontada que los jugadores del Acanor contarán ya a sus nietos, la bola, la de la pista, se metió en las redes del Ubu y lo que parecía imposible, Paolo Dacosta descubrió la carta ganadora: 4 de Trébol.
Dos puntos muy valiosos para Galicia, porque Acanor lo necesitaba como el respirar y doble ración de pastillas para los cardiacos. Que sí: 35-36...
Foto Acanor Novás Valinox.
Foto Somosasín.