Se llama deportividad. La peña Inferno está siempre ahí. En las duras y en las maduras. No era una buena hora y coincidía con la semifinal europea de España en Suecia, pero se llenó el no pabellón de A Sangriña con sus incondicionales.
El suspense final, en cuestión de segundos, se derramó en alegría y abrazos. De nuevo, se puede usar la etiqueta del pequeño y del gigante. Y como siempre la peña estuvo con su equipo para la inmortalidad, con sonrisa de buzón para ambas plantillas. Sin rencores.
Somosbalonmano vuelve a recoger estas muestras infernales de deportividad y saber ganar, empatar e, incluso, también perder.
¿Quién quiere que este club desaparezca y también su afición?
A ver...
Foto Peña Inferno/Víctor Cobayes.
Foto peña Inferno/ Víctor Cobayes.
Foto peña Inferno/Víctor Cobayes.