Señores y señoras, bienvenidos al mundo de la Plata. Con los pies en el suelo, se vio en O'Rosal lo que se va a ver toda la temporada. Una categoría complicada y, sobre todo, esto no es como comienza sino como acaba. Pero importante es bajar a la tierra, Muchos paisanos que fueron al reestreno de su equipo se dieron cuenta que hacer cábalas sobre las nubes es pura falacia.
Llegó a donde el aire da la vuelta Bm Torrelavega, un equipo con mucha experiencia en estas latitudes plateadas. Con Genio González como superviviente de hace muchos cursos. Rodeado de juventud y muchos centímetros. Impresionante la altura del muro defensivo y en el centro, todo melena al viento, Nicolai Colunga, que parece que no existe, pero dio una lección de efectividad, pura y sencilla..
El ambiente a reventar. Los diez primeros minutos fueron los de tanteo como en el boxeo. El equipo de Alex Mozas Alex Mozas se sabía el guión de memoria. El partido estaba bien estudiado. Aguantar el ímpetu gallego y a esperar con la caña bien cogida.
Demasiados nervios en los chicos de Isma. Las primeras arrugas comenzaron a salir en el juego local. Cuatro fallos seguidos en ataque, con paradones del meta cántabro, que para algo está, y enseguida sendos contraataques eléctricos que congelaron la imagen del Acanor Novás.
Poquito a poquito y pasito a pasito Torrelavega ponía los puntos sobre las íes. Sobre el tapete estaba su tarjeta de visita, con candidatura incluida. En el descanso, 10-16, señalaba que todo el pescado estaba vendido. El segundo tiempo, más ración de lo mismo. Los morados controlaban y los gallegos luchaban contra molinos, en forma de gigantes. Total: 24-32. A descansar, meditar y, de nuevo, al tajo.
Señotes, que esto es la Plata.
Foto Somosasín.
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