Era lógico que los nervios y los posteriores fallos y errores se acumularan en 60 minutos, con tonos bien distintos. Se jugaban mucho Helvetia Alcobendas, en su casa, y Conservas Orbe Porriño. Estar en la zona de peligro lo único que da es ataques de ansiedad. Eso sucedió en el partido de anoche.
Demasiados nervios se notaron en el primer tiempo, en el bando local. Varios fallos propiciaron que el conjunto gallego aplicara rapidez en sus robos de balón y Porriño llegó a tener ocho goles de renta. La tormenta de errores amainó para Alcobendas y se zanjaron los primeros 30 minutos de juego, con un: 9-14, inquietante para las madrileñas, aunque el estropicio podía haber sido mayor..
Hubo traspaso de nervios en la continuación. Era Conservas Orbe Porriño quien erraba y además no aprovechaba las oportunidades desde los 7 metros. Helvetia apretaba y llegó a ponerse delante con dos goles de ventaja. Faltaban cinco o seis minutos cuando las ideas se nublaron en el equipo madrileño. Las tornas habían cambiado.
Esos instantes finales fueron de resurrección para Porriño y el gol de la victoria llegó en el último suspiro. Y se acabó la guerra de los nervios, con el equipo de Isma Martínez vencedor y dos puntos para respirar, pero sin confiarse, porque la Liga está más igualada que nunca. Por arriba y por abajo. Total: 21-22.
Helvetia Alcobendas se queda con el farolillo rojo y en un terreno pantanoso.
Foto Conservas Orbe Porriño. Anthía Espiñeira.