Desde una ventana indiscreta, nos atrevemos a relatar el idilio que ha mantenido Filomena, a su paso por Madrid, en la calle San Delfín, una de tantas, en el callejero urbanístico madrileño. Imágenes captadas en el Viernes 8 de Enero, visión nocturna, y la sesión matinal del Sábado 9.
Foto Somosasín.
Comenzó a nevar; el suelo estaba resbaladizo y la noche cayó
Foto Somosasín.
Pendón por el inicio. Ya no decimos nada de las golondrinas.
Foto Somosasín.
La calle San Delfín, obligada por las circunstancias, se engalanó de blanco.
Foto Somosasín.
Pasamos al Sábado, 9 de Enero. La gente comienza a espabilarse. Por favor que no salga nadie.
Foto Somosasín.
Pero la llamada de la nieve fue superior a la recomendación de no salir.
Foto Somosasín.
Un escenario de cuento navideño, trasplantado a la realidad.
Foto Somosasín.
La señora se puso sus pieles y un paraguas para pasear por San Delfín.
Foto Somosasín.
Los coches impávidos aguantaron la nevada como pudieron.
Foto Somosasín.
La gente se acercó al Madrid Río.
Foto Somosasín.
La circulación por Madrid, necesariamente, con cadenas.
Las bicis se quedaron atrapadas en el blanco manto.
Foto Somosasín.
Los árboles, por esta zona, han aguantado el peso de la nieve.
Foto Somosasín.
Foto Somosasín.
Las motos no se libraronb de lo que cayò.
Foto Somosasín.
Los balcones acumularon bastante nieve.
Foto Somosasín.
Ver Madrid-Rio suponía trasladarse a un paisaje nórdico.
Foto Somosasín.
Foto Somosasín.
Tirar una bola no hace daño. En Callao hubo más que bolazos.
Foto Somosasín.
Algunos paseantes iban bien abrigados.
Foto Somosasín.